Piezos III - Contextos Reales

Hace años me regalaron una pequeña cítara que estaba muy mal construida, la habían comprado en una casa de souvenirs en México, y no le vi mucha utilidad, hasta que un día la rescaté del armario, le introduje un piezo y comencé a usarla en mis conciertos, utilizando diferentes objetos para producir sonidos y procesándola a través de aplicaciones construidas con Max o Supercollider.

Esta cítara también formó parte de una instalación sonora en el CAAM junto a dos sartenes y una olla, que también iban amplificadas con un piezo. Incluso con esa misma instalación he dado conciertos y talleres de música.

Lo divertido de estos sets, es que permiten a la gente jugar con ellos, sacar sonidos más sutiles, golpear los instrumentos, y difícilmente se romperán más allá de tener que soldar el cable nuevamente por algún tirón que se le de.

Aunque su calidad no sea la mejor, resuelven muy bien si sabes colocarlos, pero también puedes encontrar algún esquema diy, para hacerte un preamplificador y sacarle mejor sonido, o comprar sus versiones comerciales como los de Schertler o el Metal Marshmallow del ingeniero Michael Krzyzaniak.

Otra curiosidad es que aunque el micro es no balanceado, existen trucos usando dos piezos para crear una versión balanceada y contribuir a eliminar un poquito más de ruido.

Sea como sea los piezos son herramientas muy interesantes, y muy baratas si las compras por juegos de 10 a 20 o más unidades, que se usan mucho en contextos experimentales, y merecen la pena dedicar tiempo a investigar con ellos y conocerlos mejor, porque además sus posibilidades al menos a mí, me incitan a imaginar situaciones muy creativas en donde usarlos.