Hace años me regalaron una pequeña cítara que estaba muy mal construida, la habían comprado en una casa de souvenirs en México, y no le vi mucha utilidad, hasta que un día la rescaté del armario, le introduje un piezo y comencé a usarla en mis conciertos, utilizando diferentes objetos para producir sonidos y procesándola a través de aplicaciones construidas con Max o Supercollider.