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Músicos experimentales, artistas sonoros, guitarristas, amantes de los sintetizadores y el DIY (do it yourself), son algunos de los perfiles que están entendiendo el potencial de estos pequeños cabrones llamados microcontroladores.

¿Que son los microcontroladores?

Un microcontrolador o MCU (microcontroller unit), no es más que un circuito integrado que te permite ejecutar una serie de tareas. Algunos son programables como el Attiny85, y otros no, como el mítico temporizador 555. Aunque el MCU per se, es el chip, existen muchas plataformas como Arduino, entre otras, que te ofrecen un entorno con entradas/salidas analógicas, digitales y seriales, voltaje, alimentación, un puerto usb para programarlo a través de software... y es sobre estas plataformas y especialmente las dedicadas al audio, de lo que voy a escribir.

Teensyduino, Daisy Seed, Bela, Axoloti… son algunas de estas plataformas que podemos encontrar en la actualidad y que te permiten construir sintes, controladores, efectos, filtros, loopers, triggers, cv’s… de una manera relativamente sencilla, amigable y sin necesidad de tener grandes conocimientos de electrónica, pero...

¿Por qué usar MCU’s pudiendo comprar hardware especializado?
Al margen del romanticismo que conlleva el DIY, el hardware comercial no siempre ofrece lo que necesitas, y los ordenadores no fluyen igual que tocar un instrumento.

Los MCU te dan la posibilidad de crear y personalizar tu hardware, actualizarlo y reciclarlo.Están siendo muy útiles para las instalaciones sonoras, entre otras cosas por su flexibilidad a la hora de programar las acciones de la señal que envían los sensores. También están ampliando las posibilidades de la música en directo, sustituyendo en parte al ordenador, o simplemente permitiendo crear un pedal con un sonido completamente personalizado y característico que no encontrarías en el mercado.

El hecho de que estas placas vienen desnudas, es decir, la placa a la espera de que le añadas lo necesario, hace que el coste sea mucho más económico, rondando entre los 27€ y 41€ como Daisy Seed o Teensyduino, pasando por los 60€ de Axoloti, hasta los 200€ de Bela que incluye mayor número de entradas y salidas, entre otras cosas. Así que por menos de 80€ euros puedes hacerte un pedal de guitarra o un sintetizador con una generosa cantidad de potenciómetros, botones, switches… sobretodo si la placa te permite usar multiplexores para ampliar el número de entradas y salidas de datos.

Estas placas suelen venir con dos entradas/salidas de audio y un montón de pines a los que puedes conectar, botones, faders, knobs, pantallas, MIDI, voltaje… y alimentarlos por batería o por usb con un powerbank, ya que una vez programado no dependen para nada de la computadora, pero dependerá de la propia placa y las opciones que el desarrollador te de. A partir de aquí, gran parte del trabajo reside en su programación y es donde comienza la parte más creativa, pero quizás la que tiene una mayor curva de aprendizaje, dependiendo también de la plataforma y el lenguaje de programación que uses.


¿Como y con que se programan?

Cada plataforma te permite programar en diferentes lenguajes. Es muy común encontrar Arduino, C++ o C, algunas como Bela te permiten usar Supercollider, Daisy Seed incluye la posibilidad de programar con Max o Pure Data, Axoloti trae un software nativo parecido a Reaktor... Algunos de estos son lenguajes de interfaz gráfica, es decir objetos conectados por cables virtuales, y otros requieren una programación más pura o basada en código. Algunas traen su propio software, otras te permiten trabajar a través de un IDE como Visual Studio Code.

Suelen venir con sus propias librerías que incluyen las funciones básicas como FFT, delay, filtros, formas de onda… la idea es programar tu aplicaciones partiendo de estos objetos igual que lo harías en Max o Supercollider, no es tan inmediato como usar un DAW y cargar plugins, pero tampoco es necesario programar todo desde cero, y por supuesto que suelen venir bien documentadas.

Aunque los microcontroladores ya son presente, son pequeñas empresas y artistas independientes, normalmente muy ligadoss a la experimentación, el arte sonoro, institutos de tecnología y música... los que apuestan por ellos. Al ser un micromundo tan especifico, algunos proyectos quedan abandonados, pero otros crecen y llevan algunos años en contínua actualización, pero personalmente tengo la sensación de que esto es solo el comienzo, y es cuestión de tiempo el entender la verdadera utilidad musical, de investigación, incluso pedagógica, más allá del mero frikismo, para que sigan surgiendo nuevos microcontroladores con mayor potencia y que sirvan para crear nuevas maneras de enfrentarse a la música del futuro.

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